miércoles, 25 de julio de 2012

Debajo del puente

Córdoba. Polémica por una obra sobre el Río Suquía que tapará a un barrio de emergencia

La construcción que ya está en marcha arrasará la villa “La Maternidad”, un histórico asentamiento cuyas familias hace años se resisten a ser trasladadas. Señalan al empresario constructor Bugliotti, de estrechos vínculos delasotistas, como uno de los involucrados en la maniobra.
Tendrán que mandarnos a la Gendarmería o al Ejército porque de acá no nos van a sacar”, advierte Hugo, sin dudar un instante en lo que dice, y sin temblarle la voz. Sus palabras son asentidas por Jorge, otro vecino, quien dice que si la obra se hace “van a poner el pecho sin importar lo que pase”.
Los comentarios de ambos son en referencia al puente que está construyendo la provincia sobre el Río Suquía, en el barrio San Vicente, al sur de la ciudad, y que literalmente tapará a una parte de villa “La Maternidad”, un histórico asentamiento cuyas familias hace años se resisten a ser trasladadas.

“Este puente fue idea de Bugliotti. Era su idea para traer gente de los barrios Juniors y General Paz al Dinosaurio. Esa es su función. Por eso sentimos que a nosotros nos quieren cagar”, añade Jorge. Cuando Jorge habla de “Bugliotti” se refiere a un conocido empresario inmobiliario de aceitados vínculos con el delasotismo, quien en 2008, en el marco de una iniciativa privada, fue el encargado de diseñar el puente que desemboca justo en la puerta de su centro comercial “Dinosaurio Exprés” y que tapará la villa.

“Si quieren hacer el puente que lo hagan, pero a nosotros nos dejan acá donde estamos. No queremos irnos a barrios como Ciudad de Mis Sueños. No porque nos llevan al monte”, comenta Hugo, en referencia a los barrios periféricos donde fueron trasladadas de manera compulsiva unas 300 familias que vivían en “La Maternidad” en el 2004. “Yo por ejemplo soy gasista. Y todas las changas las tengo por acá. Si me voy a Ciudad de Mis sueños, por ejemplo, ¿de qué voy a laburar?”, se pregunta, mientras nos muestra su modesta casa.

Precarias viviendas de madera, chapas y nailon; familias de seis integrantes que viven en una habitación de seis metros cuadrados; niños de piel sufrida que en pleno invierno caminan descalzos entre tierra y cenizas; un caballo flaco pastando en el amarillo pasto del predio; graffitis contra Bugliotti, son algunas de las postales que a simple vista resaltan apenas uno pone un pie en la villa. “Yo vine acá cuando tenía 15 años. Y ahora tengo ahora 58. Con el desalojo del 2004 me fui un tiempito a Ciudad de Mis Sueños. Me vine porque tenía mi hija con una enfermedad terminal y que falleció recientemente”, nos cuenta, con ojos lagrimosos y voz a punto de romperse, Gloria, una de las históricas del lugar. “Me fui a Cuidad de Mis Sueños, por eso me demolieron la casa, pero al poco tiempo volví, sólo con una cama, y la levanté de nuevo. Por eso estoy en contra del desalojo. Para que no nos tiren lejos como perros”, agrega.

Como Gloria, hay muchos. “Yo fui uno de los que me volví también de Ciudad de Mis Sueños. Estuve un año allá sola encerrada con un bebé y sin laburo. Por eso ahora todos nos queremos quedar acá. Porque todo el rebusque lo tenemos acá”, nos cuenta Yamila, sin remordimientos. “En mi caso apenas volví encontré trabajo. Además mi hijo fue becado por un colegio privado. Esas posibilidades no las tenés estando encerrada en Ciudad de Mis Sueños”, agrega sentada en un quiosco en la puerta de la villa rodeada de amigas.

Encerrados. Con una superficie de dos hectáreas y media, a metros de la nueva terminal de colectivos “Bicentenario”, villa “La Maternidad” es uno de los asentamientos urbanos marginales más antiguos de la ciudad de Córdoba. Ubicado en el barrio San Vicente –originalmente un barrio periférico–, frente al Río Suquía, durante 70 años este asentamiento creció en torno a los hornos del molinos Letizia de la familia Minetti, el ferrocarril y otras actividades económicas de la zona. Su permanencia se sucedió sin sobresaltos hasta el 2004, año en el que la provincia, de golpe y raja, decidió trasladar a las 400 familias, casi manu militari, al barrio Ciudad de Mis Sueños, ubicado a 14 kilómetros del lugar, pasando barrio Ituzaingó.
Desde un principio, sin titubeos, los vecinos denunciaron que detrás del desalojo estaba la garra del dinosaurio Bugliotti que en el lugar, a pocos metros de la villa, además del centro comercial, también tiene un complejo de edificios para estudiantes universitarios.

“Nosotros, antes de vivir en la villa, vivíamos en la casa del ex molino Letizia, donde hoy funciona el centro comercial. Éramos unas 18 familias, sin embargo un día vino Bugliotti, le compró el edificio a la provincia y nos desalojó”. Los recuerdos vienen de Marta, una de las referentes de la lucha contra el desalojo. “Primero (Bugliotti) nos hizo un allanamiento donde nos tomaron los datos. Después, como a los dos meses, con los datos obtenidos nos hizo una denuncia por usurpación ante la cual, sin saber, fuimos solos a la comisaría quinta donde nos pintaron los dedos. Después nos ofreció para las 18 familias un predio y una casa para todos en Villa Allende. Finalmente, como no aceptamos, con la amenaza de sacarnos con la fuerza, nos dio tres mil pesos que todos aceptamos. Yo me vine a la villa, de donde luego también nos hizo echar”, cuenta cronológicamente Marta.

Institucionalmente el acoso contra villa “La Maternidad” comenzó en el 2001, luego de que varias inundaciones afectaran diversas áreas de la ciudad y algunos asentamientos que estaban a la vera del Río Suquía. Para remediarlo, ese año el gobernador José Manuel de la Sota firmó el decreto 2565/01 declarando el estado de emergencia hídrica y social en la provincia. Tras él, y para remediarlo, con financiamiento externo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), De la Sota lanzó el plan “Mi Casa, Mi Vida” mediante el cual estableció el traslado de todas las villas urbanas que estaban cercanas al centro de La Docta (Las Chunchulas-40 Guasos-Richarson, etc.) y cuyas tierras por el revalúo inmobiliario se habían incrementado enormemente, a barrios construidos en las afueras de la ciudad, lejos de la circunvalación, llamados “Barrios-Ciudades”.

Al poco tiempo del lanzamiento del plan “Mi Casa, Mi Vida”, en el 2003 comenzó el acoso directo a los vecinos de la villa “La Maternidad”. Empezó cuando trabajadores sociales del gobierno provincial comenzaron a frecuentar el asentamiento con el propósito de obtener un relevamiento de las familias que allí vivían. Al año siguiente, en el mes de junio, en medio de topadoras que arrasaban casas como en Palestina y camiones del ejército, 330 familias de las 400 que vivían por entonces en la villa fueron trasladadas de manera compulsiva al barrio Ciudad de Mis Sueños, uno de los primeros barrios en ser terminados con el plan de viviendas de De la Sota, quedando en la villa, resistiendo, unas 70 familias, que luego se redujeron a 36 por amenazas y persecuciones.

Todo parecía salirle a pedir de boca a Bugliotti. Por eso en el 2008, a toda pompa el empresario inauguró su centro comercial “Dinosaurio Exprés” cuyas puertas se abren de cara a la villa. Por ese año, el empresario delasotista también inauguró el complejo “Milénica Universitaria” destinado a jóvenes estudiantes de buena posición económica que quieren estudiar y vivir en Córdoba.

Tras ello, en diciembre de ese mismo año, el empresario presentó ante la provincia una iniciativa privada para construir una nueva terminal de colectivos ubicada muy cerca de su “Dinosaurio Exprés” y “Milénica Universitaria”. Su iniciativa, aprobada expeditivamente por el gobernador Juan Schiaretti, contemplaba una serie de obras viales en torno a la terminal y su centro comercial. Una de ellas era el puente Letizia que hoy amenaza a los vecinos de “La Maternidad”, que conecta los barrios Juniors y General Paz con San Vicente, desembocando “justo” frente a su “Dinosaurio Exprés”.

Claro que no todo fue fácil. La iniciativa privada de Bugliotti incluía un controvertido cambio de uso del suelo que fue rechazado, en diferentes oportunidades, por el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba. Este uso fue modificado, hecho que provocó el alejamiento del empresario del proyecto, pero no sus ideas urbanísticas.

A la par, debido a ex vecinos de la villa que volvían de Ciudad de Mis Sueños y por la llegada de nuevas familias sin hogar, entre los escombros, “La Maternidad” comenzó a llenarse nuevamente de gente. Por esta razón, en el 2009, el por entonces ministro de Desarrollo y Acción Social de la provincia Juan Carlos Massei se llegó hasta el lugar y firmó un convenio con los vecinos prometiéndoles la urbanización del lugar y el acceso a servicios básicos; promesas políticas que nunca se cumplieron. Por eso actualmente el número de familias creció a más de 100.

“En el 2009 se firmó un convenio con el ministro Massei donde se decía que la villa se iba a urbanizar, que nos iban a dar luz, agua. Todavía estamos esperando. El ministro entre otras cosas pretendía que nosotros hiciéramos de policías acá y no dejáramos entrar a nadie. Algo que no hicimos porque nosotros no somos policías. Además, con la demanda de viviendas que hay ¿cómo lo vamos hacer? Si viene una familia, con cinco o seis chicos, ¿cómo le vamos a decir no?”, se pregunta Marta.

Tras la firma de ese convenio, en septiembre del 2011, siguiendo al pie de la letra los lineamientos de la iniciativa privada de Bugliotti, con un presupuesto de 14 millones de pesos, la provincia contrató la empresa Pasquini Construcciones SRL para que realice la construcción del puente Letizia. Este atravesará la villa por la mitad, sobre todo lo que era el pasaje Letizia, de allí su nombre. Tendrá unos 19 metros de ancho, cuatro carriles y dos sendas peatonales y arrasará, de construirse, con tres precarias casitas de madera y chapa que hoy hay ahí, y donde viven unas 17 personas.

Con las obras reaparecieron las amenazas y los aprietes contra los vecinos. El más reciente fue en junio pasado, cuando las familias de villa “La Maternidad”, como en el 2003, recibieron la visita de funcionarios judiciales denunciando a los vecinos por usurpación.

“Les diría que ustedes como periodistas lo mejor que podrían hacer es informar. Porque el periodismo de acá de Córdoba no lo hace. Ahí lo tenés a Mario Pereyra (periodista de Cadena 3) que habla pestes de nosotros. Que los negros esto; que los negros lo otro. ¿Pero por qué es así él? En todos lados hay ladrones, en todos lados hay asesinos. Por otro lado nosotros no ignoramos lo sucio que es el poder”, dice Gloria manifestando en cada palabra la indignación por lo que vive.

Dignidad. “Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca…”, sentencia el afamado poema “Los nadies” de Eduardo Galeano. Claro que en esta oportunidad, los vecinos de villa “La Maternidad”, ante la embestida del gobierno provincial y Bugliotti, no se resignaron a ser “nadies” y durante años se organizaron para hacer conocer lo que consideran un justo reclamo.
Con ese propósito, además de crear un blog y una cuenta en Facebook se organizaron y presentaron cartas a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la unicameral, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de Córdoba, el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba, entre otros. También, junto con otras instituciones como la Universidad Nacional de Córdoba, los propios vecinos hicieron un proyecto de urbanización de la villa. “Con el puente vamos a resistir. Estamos organizados gracias a Dios y tenemos mucha gente de afuera que nos apoya. Tenemos gente que vive sobre el pasaje Letizia por donde va a pasar el puente. A esa gente hay que darle una solución. Por eso queremos que urbanicen la villa”, sostiene Marta con su voz incansable. “Acá hay muchos intereses por esta tierra. Es oro. Estamos a 100 metros del centro. En total son dos hectáreas y media. Ellos quieren eso”, concluyó José, otro vecino, que se acercó al final a hablar, pero que tiene en claro qué es lo que está en juego en este asunto de villa “La Maternidad”.