Sábado 10 de julio de 2010. 00:01 , por Redacción LAVOZ
Villa La Maternidad crece y teme otro desalojo
A las 32 familias que resistieron en 2004 se sumaron más de 100. Ayer hicieron un locro y pintaron un mural para alertar sobre un posible desalojo del Gobierno.
“Venga a comer el locro. Está ricazo”, dice Miguel Ramírez, uno de los residentes de Villa La Maternidad que resistió hace seis años el desalojo y el posterior traslado a Ciudad de Mis Sueños, en la periferia de la ciudad de Córdoba.
En junio de 2004, las familias que aguantaron la mudanza eran unas 20. El núcleo se consolidó en 32 que aseguran tener derecho posesorio. Según Miguel, en el predio vecino a barrio San Vicente ahora viven unas 150 familias. Fue creciendo con los años.
Ayer, para celebrar el Día de la Independencia realizaron un locro popular. Pero el acto gastronómico también sirvió para encender la alarma. Los vecinos creen que el Gobierno intentará desalojarlos nuevamente.
“Es una reunión patriótica con el fin de sumar fuerza para esperar las topadoras. Se vienen con todo y nosotros queremos defender nuestros hogares. Se han aprobado muchos proyectos para despojar al pobre de sus tierras”, cuenta Miguel.
Dice que la presión ya se siente, porque la Policía custodia celosamente la zona y los detiene por “portación de rostro”. “Ahora la Policía no nos dejó cerrar la calle para hacer el locro, pero igual lo hicimos”, agrega.
Un centenar de vecinos, acompañados de organizaciones sociales participaron de la locreada y de la pintura de un mural que expresa su temor: Schiaretti conduciendo una topadora, con los empresarios inmobiliarios y sus edificios detrás.
En enero de 2009, la Provincia les reconoció el derecho posesorio de las tierras a 32 familias. Algunas viven hace más de 50 años. Es la villa más céntrica de la ciudad. También cuentan con un amparo favorable según el cual la Justicia ordenó no innovar (no desalojar) hasta tanto no se determine si son los dueños de las tierras.
María Elba Martínez, abogada de los vecinos, asegura que está bien documentado su derecho posesorio y ve lejano un desalojo pues hay un compromiso firmado con la Provincia.
Además de reconocerle su derecho, el Gobierno de Juan Schiaretti, a través del ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei, les prometió ayuda para mejorar su calidad de vida.
“No recibimos apoyo de ningún tipo. No arreglaron el agua ni trajeron un contenedor de basura como prometieron. Queremos hacer un centro comunitario para los chicos”, dice Miguel.
Según el vecino, los residentes trabajan en el servicio doméstico, como vendedores ambulantes, cuida coches o en changas. Si los desalojan, perderían sus trabajos y el acceso a salud y educación digna.